Temporada 4

KM 24: Doble nacionalidad.

By 6 de abril de 2022abril 12th, 2022No Comments

TEMPORADA CUATROKM 24.

Doble nacionalidad.

Hemos alcanzado el último kilómetro de nuestra temporada 4, ¡qué alegría!

El #24 va sobre mi proceso con la doble nacionalidad. Es un relato sobre el aprendizaje y la exploración, un recorrido que nos hará preguntarnos sobre nuestros contrarios, que nos propondrá comprender que la lucha entre el bien y el mal no cesará nunca, y que los obstáculos y los muros, se nos presentan en el camino para superarnos a nosotros mismos.

Como en todos los episodios de “Habitantes del mundo” volvemos a la casa mexicana. En esta ocasión el viaje inicia desde el estudio en el que escribí mis primeras reflexiones y la ventana que me refrescaba con rachitas de aire inesperadas, en las madrugadas que estudiaba o simplemente surfeaba el internet para saciar mi curiosidad sobre temas diversos.

La primera latitud que visitamos está en el otro lado del hemisferio, la segunda nos llevará de vuelta a una oficina que ya hemos visitado en esta temporada, y en el tercer encuentro nos enfrentaremos a “el muro” (lo que representa para mí).

Entremos en materia. Aquí van las fuentes que sirvieron de referencia para escribir el guión de este episodio, así como algunas de las citas que mencionamos en el relato.

1º Encuentro: La migración de las tortugas bobas (o caguamas).

Una corriente de aire muy intensa nos lleva hasta el otro lado del mundo, a una latitud de Asia Oriental y a una de las muchas islas que integran Japón. Es en la orilla de una playa conocida como Yakushima en la que hacemos un primer encuentro con “Adelita”, una tortuga boba o caguama -como se le conoce en otras regiones del caribe-, para acompañarla en el nacimiento de sus crías.

Con la guía de este maravilloso y sabio habitante del mundo, viajamos por las corrientes oceánicas, comprendemos sus peligros, y confiamos en el amor por el viaje. Pero también reflexionamos sobre nuestros contrarios, sobre aquellos que toman rutas distintas a las nuestras pero que esencialmente buscan alcanzar sus destinos y superar la dificultad.

Para este encuentro, leímos una edición bellísima de El Libro del Té de Okakura Kakuzo. Es él es quien nos lanza una valiosa pista sobre cómo poder empezar a reducir los abismos que hemos construido a partir de nuestros sesgos y juicios. Nos dice: 

«La verdad se puede alcanzar sólo a través de la comprensión de los contrarios».

– Okakura Kakuzo

Esta edición de Libros del zorro rojo es preciosa. El tamaño es pequeño, las ilustraciones de Isidro Ferrer consiguen transmitir esa calma y esa artesanía que imaginamos de este otro lugar del mundo que tanto defiende la pausa, la calma y la profundidad, en los rituales cotidianos de la vida para conectar con el ser.

Además de El libro del Té, vimos varios documentales que nos ayudaron a comprender el viaje de las tortugas marinas, pero el favorito es el que les compartimos a continuación. La fotografía, la música y la narración de la tortuga como protagonista de su propia historia, hacen que este documental vaya directo a mi lista de favoritos.

Fuente. “El viaje de la tortuga”. Publicado por Canal+ en julio de 2016.

¿Qué tenemos en común con aquellos que parecen tan distintos a nosotros? ¿Cómo podemos acercarnos cuando nuestros universos existenciales se han construido con símbolos distintos? Hay varios caminos, el arte es uno de ellos, como lo es también la claridad. Y sobre eso reflexionamos en el siguiente encuentro.

2º Encuentro: El derecho a entender en las oficinas de extranjería.

Volvemos. ¿O no el recorrido de toda vida se reduce a eso? Pero… ¿volver? ¿A dónde se vuelve? ¿A un lugar? ¿A una persona? ¿A un nivel de comprensión? En el caso de nuestro segundo encuentro, volvemos a la oficinas de extranjería que visitamos también en el KM20 de esta misma temporada.

Volvemos para reflexionar sobre los trámites, las vueltas, la burocracia y la falta de simpatía. Volvemos para cuestionar cómo en estos tiempos de digitalización parece que se nos olvida, que somos siempre las personas las que estamos detrás de las máquinas, los programas, los ordenadores y la computación de información.

En este segundo encuentro te comparto mi experiencia en la renovación de mi permiso de residencia como extranjera en España y te menciono sobre un libro llamado “El derecho a entender”, escrito por Estrella Montolío y Mario Tascón. Un trabajo que está sirviendo para cuestionar a la administración pública sobre la claridad en los procesos de trámite.

Aunque no lo menciono en el podcast, rescato esta cita que tomé del libro para una primera versión del guión:

“Reclamemos nuestro derecho ciudadano a entender. Parafraseando al escritor Yuval Noah Harari, “en un mundo cada vez más complejo, la claridad es poder”. Hacemos un alegato a favor de la claridad en la comunicación. Porque para ser ciudadano con plenos derechos y participar en la construcción del espacio público, el primer paso es entender lo que las instituciones y las empresas nos explican, nos piden… o nos ocultan”.

– Mario Tascón y Estrella Montolío.
Fuente: El derecho a entender. 

En su novela “La Peste” el escritor Albert Camus nos dice que “todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro”. Desde que descubrí esa frase hago un esfuerzo por siempre pensar si quien recibe mi mensaje está comprendiendo lo que quiero transmitir. Quizá por eso en el podcast, viajo siempre por tres lugares, porque siempre quiero probar un punto. En el caso del KM24 y este segundo encuentro, insisto en acercarnos más al lado humano, al mundo de las emociones de la persona con la que hablamos.

Nos hace falta claridad, interés y responsabilidad en cuánto al impacto que tenemos en las personas que nos rodean. ¿Fácil? ¿Para qué? Ya lo diría el filósofo español José Ortega y Gasset, “el esfuerzo es solo esfuerzo cuando comienza a doler”.

3º Encuentro: Superar el KM 24.

Algunos le llaman “la pared” otros le llaman “el muro”. Entre quienes corremos maratones, solemos hablar de que hay un punto en la carrera en donde te enfrentas a él. Algunos dicen que ocurre por ahí del KM 30. No es mi caso. Para mí, “el muro” se presenta enorme en el KM 24. 

Es la frontera, la línea límite, el punto de quiebre. El que me hace saber que la euforia de haber alcanzado el KM 21 se ha quedado atrás, que aún queda la mitad del camino y el cuerpo ya no va fresquito. 

El KM 24 pesa mucho. Visualmente, se convierte en una línea recta interminable y monótona. El cuerpo da muestras de fatiga, saca a flote el dolor, la descompensación. La mente tiene que trabajar el doble para no perder la concentración y conseguir mantenerse firme hacia la meta de los 42 kilómetros del maratón. 

Cuando uno toca con “el muro” tiene que recurrir a la estrategia y la atención. En el pasado, en cada KM24 he decidido seguir corriendo. Aún cuando he disminuido el ritmo en el paso, he seguido. Hay muchos kilómetros previos de preparación, aprendizaje y experiencias. Así que cuando me he encontrado con “el muro”, pienso que llevo ya 23 kilómetros con sus 500 metros. 

Esa es la estrategia. Pensar que no llevo 24 kilómetros encima, sino que me quedan 18, y que a partir de aquí, empieza la cuenta regresiva. No retrocedo, si vuelvo la mirada atrás es sólo para considerar el trayecto, tomar fuerza del punto de origen, y avanzar hacia la intención de conquistar mis propias fronteras.

En el mundo de la aviación, hay un concepto similar, se le llama “punto de no retorno”. Sucede cuando en el plan de ruta, el avión ha consumido buena parte del combustible y si el piloto decidiera darse la vuelta, sería fatal, no conseguiría completar el plan de vuelo. Lo único que queda es avanzar.

¿Alguna vez te has encontrado con un KM24, valiente? ¿Con un muro que te aleja de contemplar la línea del horizonte? ¿No te parece que a veces las personas nos convertimos en muros? Tal vez, los KM24 sean otra de las cosas que tenemos en común los habitantes del hogar planeta. Independientemente de la raza o la latitud, de la especie o el hábitat, todos nos enfrentamos a la dificultad y todos queremos sobrevivir, simplemente tener un espacio digno que  habitar. 

¡Piensa en los habitantes que nos han acompañado en esta temporada! Mariposas y tiburones ballena, Ñúes y Crustáceos rojos, Pájaros y Tortugas Sabias. Cada uno haciendo lo mejor que puede para superar los desafíos de su tiempo y cumplir con su rol en la cadena de la evolución. 

¿No te parece que hay puntos de no retorno que nos obligan a volver la vista atrás? ¿Qué tenemos en común con nuestros contrarios? ¿Qué compartimos con quienes coexistimos en esta casa enorme de cinco habitaciones que se llaman América, Europa, África, Asia y Oceanía? 

¿Las guerras? ¿El conflicto? ¿La lucha entre el bien y el mal? En el documental “Sal de la tierra” el fotógrafo Sebatian Salgado, nos dice que la nuestra, es una historia de guerras. Que los movimientos migratorios y los éxodos humanos son consecuencia de los conflictos que no resolvemos, del abuso, la desigualdad y la violencia. 

A dos años de que una pandemia nos confinara, seguimos pensando en las fronteras como líneas que nos dividen. Kilómetros 24 viajeros, situaciones límite, puntos de no retorno. Muchas preguntas pululan en el entorno: “¿Es que no hemos aprendido nada”? ¿Por qué pensamos que el aprendizaje termina alguna vez? ¿Qué nos está faltando para crecer como personas? ¿Nos faltan metamorfosis, sillas distintas, kilometraje recorrido, alinear la dirección, confrontarnos con lo contrario, construir puentes? 

La lucha entre el bien y el mal, es infinita. Dice Byung Chul Han, que “las tres dimensiones de la existencia, traducidas temporalmente, son: pasado (consideración), presente (atención) y futuro (intención)”. El pasado tiene que servirnos para eso, para considerarlo, para concentrarnos en lo que está en nuestras manos, para poner en la vida un propósito, una intención que apueste por lo justo, por lo digno.

¿Hacia donde mirar en este panorama? Pues yo, voy a proponerte que miremos al centro, que empecemos por desprendernos de los extremos. Que en los muros, encontremos puntos sólidos para construir, voy a proponerte defender que la nuestra, sea una historia de puentes, pero sobre puentes irá, justamente, la temporada 5 de Latitudes.  

No hay vuelta atrás. Paso firme, valiente. Reduce la velocidad si es necesario, pero avanza. Iremos juntos, sólo así, podremos ir tirando.

¿Te inspiró el KM24?

¿Y qué te ha parecido la temporada? Como hemos mencionado en el podcast, ya vamos un poco más allá de la media maratón y en este punto del recorrido es bien importante recibir tu feedback. Si es posible, envíanos un mensaje a tere@somoslatitudes.com o simplemente haznos un gesto en cualquiera de nuestras redes sociales (enlaces directos en el pie de este sitio web).

Si disfrutaste del KM24, creemos que también pueden gustarte otros kilómetros de este proyecto. Si te apetece escuchar otro relato sobre una mujer que superó grandes adversidades, vuelve al KM5: Femenine Feminist. Si prefieres, escuchar un relato sobre tiempos difíciles y sobre cómo la organización sirvió para hacerle frente al conflicto e imaginar un mundo más habitable, escucha el KM13: Cueste lo que cueste. 

Latitudes va a alcanzar la meta de los 42 kilómetros. Gracias a todas las personas valientes que escuchan, que corren la voz, que recomiendan y que hacen una pausa para transitar estos kilómetros de reflexión.

¡Estaremos de vuelta en unos meses! De antemano, agradezco su paciencia.

Latitudes. KM5: Femenine Feminist.
portadakm13latitudespodcast