
¡Hola! Me llamo Tere.
Desde que me enteré de que hay mucha gente por ahí no sintiéndose firme, envío mensajes de ánimo todos los días, pensando en que puedo hacer algo desde mi rincón del mundo.
¡Cosas de la vida! Tú en tu sitio del mundo en el que te preocupas. Yo en el espacio de escritura que me improvisé para teletrabajar. ¿Me dejas acompañarte un ratín?
Quizá con lo que te cuente en esta carta, te dé cosas positivas para pensar. Llueve otra vez en Aguadulce, Almería, España. Ayer me desperté a las 4:30am asustada por el escándalo del viento. Sonaba muchísimo y parecía que afuera había un huracán. ¿Alguna vez has vivido un huracán? ¡Yo he vivido dos y bien fuertes! Ambos en Yucatán, de donde soy, en donde crecí.
Uno de esos huracanes se llamaba “Gilberto”. No recuerdo bien cuando tocó tierra porque dormía. Fue un 14 de septiembre y yo acababa de cumplir 4 años. Sin embargo, sí que recuerdo sus estragos cuando pudimos salir. ¡Todo estaba fuera de sitio! La fuerza de la naturaleza fue tal, que puso todo “patas para arrriba”.
Fue muy duro. El huracán llevaba vientos de 300km/hr y justo cuando parecía que se iba de México, se dió la vuelta y volvió. Los mexicanos no estábamos preparados para eso. Era un huracán categoría 6. La máxima para ese tipo de fenómenos. Le llamaron “El huracán del siglo XX”, entre otras cosas porque las autoridades tardaron en dar la alerta “en serio”. Decían, “que viene, que viene”, pero pensaban, “no va a pasar nada, nos va a tocar solo la colita”.
El oleaje fue brutal, tanto que arrastró a un barco de carga a las orillas de la playa. Lo dejó ahí, tan normal, como si fuera un barquito de papel. El barco se llamaba “Lady C”, y cuando mis abuelitos me llevaron a verlo, recuerdo que me sentí una hormiga junto a él. ¿Tú tienes nietos? O bueno, ¿tienes abuelos? Dependerá de tu edad. Mientras piensas en ellos, te cuento más sobre esa tormenta. ¡Todo estaba fuera de su sitio! Había lanchas en las piscinas, las ventanas estaban en las puertas, y las puertas… en la habitación de la casa del vecino.
Muchas zonas de México se vieron fuertemente castigadas. Pero ante el caos, la incertidumbre y la destrucción, se repitió la historia: la ciudadanía se arremangó, tomó fuerza de los suyos, y empezó a reconstruir. Nos tomó un tiempo, pero nos levantamos porque hay algo que tenemos todos, que nunca se mueve de su sitio: el corazón. Cuando pasó Gilberto, todos lo pasamos mal. Cuando pasó Gilberto, todos recordamos. Cuando pasó Gilberto, salimos más fuertes. Los barcos en tierra volvieron a navegar, los marcos de las puertas se despidieron de las ventanas, y las puertas se quedaron abiertas para agradecer la hospitalidad a los vecinos.
Hay cosas que la fuerza de la naturaleza puede mover de su sitio, y hay otras propias del ser humano que son inamovibles. La paciencia, la fortaleza, el entusiasmo, la cordura, la empatía y la responsabilidad por los demás, eso tiene que estar bien arraigado en el sitio de cada uno.
Todo esto para decirte que ayer, a las 4:30 de la mañana, cuando me desperté con miedo, sintiendo que estaba en medio de una tormenta, pensé en que hoy tenía que contarte una historia y cuando lo hice sentí que tu existencia, me dió norte. A ver si esto de escribir cartas se está volviendo más ayuda para mí, que para tí. Pero ya que aquí estamos, todos en el mismo barco, a remar… que llegaremos a puerto.
Cada determinado tiempo, la naturaleza nos recuerda que somos hormiguitas. A veces incluso, nos avisa para que nos preparemos con responsabilidad. Así que a ponerse en marcha todos, cada uno desde su sitio. Yo desde este escritorio, y tú desde esa cama.
Te mando mucha, mucha fuerza, que un ejército de hormigas te sostiene. Te escribiré mañana, mientras tanto confío que el viento te mande mi cariño.
Abrazo
TGB

El barco “Lady C” en las costas de Chelem, Yucatán; tras el paso del huracán Gilberto. Fuente: Noticias Grupo Sipse.
“Escribe una carta” fue una iniciativa emprendida durante el confinamiento del COVID19 en España. Algunas palabras han sido adaptadas para poder animar a cualquier persona que enfrente una enfermedad de cualquier tipo.
Es un proyecto hermano del podcast Latitudes. Ambos tiene por propósito generar la reflexión y poner en valor los valores, a través de las humanidades.
Los audios de estas cartas estarán disponibles en ivoox, spotify y apple podcast.